miércoles, 26 de octubre de 2011

Cine Digital contra Cine Analógico

La generalización de las tecnologías relacionadas con la computadora cambió al cine para siempre. Los efectos especiales dejaron de a las maquetas y sobreimpresiones y pasaron a desarrollarse a través de ordenadores. Se perfila que para dentro de 20 años, todas las películas serán armadas digitalmente.
Hoy se trabaja e investiga sobre dicha tecnología, en el intento de que en unos años todas las salas de exhibición dispongan de proyectores digitales (los proyectores digitales capaces de una resolución de 2048 píxeles horizontales comenzaron a desarrollarse en 2005 y su avance es cada vez más acelerado), y se pueda filmar en digital con las mismas calidades en todos los aspectos que en el cine analógico.
La primera película con efectos digitales fue Tron en el año 1982, pero desde ahí el desarrollo fue fulminante. En 1995 Disney Pixar logró realizar el primer largometraje animado con una computadora, película a la que llamaron Toy Story. En 2004, la película Sky Captain y el mundo del mañana era completamente virtual, siendo reales sólo los actores protagónicos, quienes rodaron íntegramente frente a una pantalla azul.
Para Disney, este nuevo método fue un alivio ya que fracasaron con la animación tradicional luego de hacer Vacas Vaqueras. A partir de allí, se dedicaron a la animación por computadora.
Directores como George Lucas y James Cameron, utilizan ya los sistemas de alta definición mientras otros directores, Steven Spielberg, Quentin Tarantino, Tim Burton, entre otros, siguen prefiriendo el soporte analógico, pues el debate se encuentra aún entre las dos modalidades: cine digital o celuloide. Para unos, el cine digital supone otra clase de experiencia visual totalmente distinta al cine grabado químicamente y proyectado mecánicamente. Muchos directores, ruedan sus últimas películas con cámaras digitales, puesto que no pueden asumir los costes del analógico, y más tarde las pasan al celuloide. Lo cierto es que el avance del cine digital parece ya una evolución imparable y en el futuro se asistirá a la digitalización casi total de cine y televisión.
Las cámaras digitales permiten una posproducción mucho más flexible y menos costosa que el cine analógico, se puede ver en el momento los resultados sin necesidad de esperar el revelado, poseen cada día una mayor resolución y existe un mayor control sobre la colorimetría. Cierto es que los sistemas de filmación y revelado analógicos permiten resultados creativos diferentes, tanto durante la filmación como en el proceso químico de revelado, y los buenos cineastas le sacan un gran partido, en contra de la única respuesta que el cine digital tiene a la luz, por lo que hace más compleja la iluminación.
Algunos directores han optado por elegir la mejor opción para cada caso, usando el vídeo digital para las grabaciones nocturnas y en interiores y el tradicional analógico para exteriores de día, por ser las digitales más sensibles a la luz.